BARCINO-BARCELONA
 



Existen vestigios de habitantes durante el período neolítico, de la Edad del Bronce y de la época ibérica en diversas colinas del actual termino municipal, como asentamientos localizados en el Turó de la Peira, la montaña de Montjuïc, el Turó del Guinardó y el del Putget.
La ciudad Romana fue fundada en el año 15 a.e.c, en época del emperador Augusto con el nombre de Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, con unas 10 hectáreas de superficie. El recinto amurallado conservado, fue levantado entre el 270 y el 310 por el magistrado C. Coelius, sobre los restos de una muralla anterior, para fortificar el asentamiento urbano con un perímetro ortogonal de unos 1.270 metros.

La ciudad era atravesada por el Decumanus maximus de 825m de longitud, que atraviesa la ciudad desde la Porta Praetoria, ahora Portal del Bisbe, pasando por las actuales calles del Bisbe, Ciutat y Regomir hasta la Porta Decumana, calle Regomir. En la Porta Praetoria de las tres arcadas que tenía, actualmente se aprecia uno de los pasos laterales para los peatones, y las dos torres de planta circular que defendían los lados. El Cardo maximus de 550m. de longitud, que une la Porta Principalis Sinistra, actual Pl. de l'Àngel y la Porta Principalis Dextra, que estaba entre las calles Ferran y del Call, pasando por las calles Llibreteria y del Call. Del foro no se tiene mucha información pero se conoce la existencia de un templo hexástilo y períptero de 35m. x17,5m. de ancho, dedicado al emperador Augusto, situado en el punto más elevado del Mons Taber, y del cual se conservan en su posición original cuatro columnas con sus respectivos capiteles y que actualmente podemos ver en el nº 10 de la calle del Paradís.

 

 

Es probable que la construcción del templo se iniciara en época de Tiberio, que fue quien instituyó el culto a Augusto.

También se tiene constancia de las vías secundarias, Decumani minores paralelas al Decumanus maximus, actuales calles dels Gegants, Ptge. de l'Ensenyança, de Sant Domènech del Call. Cardines minores, éstas, paralelas al Cardo maximus, como las calles de Sant Sever, Baixada de Santa Clara, de la Pietat, Bisbe Caçador, Font de Sant Miquel, Baixada de Sant Miquel.

Dentro de la torre que defendía el lado noreste de la puerta se conserva la última arcada de las dos. También ha aparecido un edifico que contenía unas termas y que encontraba en la parte posterior de la plaza de Sant Jaume. Las tumbas de la necrópolis actualmente pueden verse en el subsuelo de la plaza de la Villa de Madrid.
En dos museos nos podemos hacer una idea de la ciudad romana. El primero es el Museo de Història de la Ciutat, situado en la plaza del Rei, que nos permite ver como era el interior de una domus, observar los restos arquitectónicos pertenecientes a calles y cloacas o ver la cara interna de la muralla. También podremos observar instalaciones industriales, como la dedicada a tintorería y lavandería y del siglo II, la fabrica de garum del siglo III, o la zona de producción de vino, datada en los siglos III y IV. El segundo museo relacionado con Barcino, es el Museu d`Arqueologia de Catalunya, situada en el passeig de Santa Madrona, 39-41. En sus salas dedicadas a la época romana podremos ver inscripciones de la ciudad y el mosaico de tema circense, descubierto en 1860.

Se han hallado restos romanos bajo el despacho del presidente en el Palau de la Generalitat. Se trata de una domus romana que data del siglo IV.
Bajo el Pati Llimona, se puede visitar 17 metros de muralla y unas termas del siglo I. En el centro excursionista de la calle Avinyó conserva un pasillo único de la antigua ciudad romana en el que confluyen restos de la fortificación del siglo I a.e.c y de la del siglo IV.
Con las obras del AVE en 2011, en La Sagrera, se hallaron los restos de una villa romana datada entre los siglos I y IV-V.

En marzo de 2018, el Servicio de Arqueología de Barcelona ha documentado diversos hallazgos en Ciutat Vella en las últimas semanas: restos romanos de estructuras de viviendas en la calle Sant Sever, fosas de inhumación en la Barceloneta, y enterramientos romanos de entre los siglos III y V en el Born.

En una Via Laietana levantada por las obras se esconde un yacimiento en el que quedan los restos de una villa romana con un mosaico debajo de la plaza Antoni Maura. Para acceder a él hay que bajar una discreta escalera en la avenida de la Catedral. Los vestigios de la villa romana datan entre los siglos II y III y, posteriormente, sobre ellos se construyó un conjunto de sepulturas en el siglo V.

En el mercado de Sant Antoni, se conserva un tramo de 25 metros de calzada romana descubiertos en 2014. Cerrados al público bajo el mercado, junto con algunos restos funerarios dispuestos a ambos lados.


 

 

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